Brecha de género en la PSU
La PSU posee un claro sesgo de género. Pese a que las mujeres obtienen un mejor rendimiento que los hombres en la Enseñanza Media, sus resultados en esta prueba son inferiores.
Las brechas de género en los puntajes se han mantenido relativamente estables en el tiempo. Todos los años desde su aplicación, los hombres han obtenido mejores resultados en Matemática, Ciencias e Historia y solo en el proceso 2017 las mujeres han superado a los hombres en Lenguaje y Comunicación.
Puntaje promedio en Pruebas de Selección Universitaria (PSU) por sexo, 2017
Puntaje estandarizado de PSU de Lenguaje y Comunicación por sexo, 2004, 2010 y 2017
Puntaje estandarizado de PSU de Matemática por sexo, 2004, 2010 y 2017
Fuente: Elaboración propia en base a información entregada por el Ministerio de Educación.
Más mujeres que hombres ingresan a la Educación Superior
De acuerdo con el Sistema de Información de la Educación Superior (SIES), la matrícula total de la Educación Superior, que incluye programas de pregrado, postítulo y postgrado, fue en 2017 casi cinco veces mayor que la que existía en 1990. En esa época, de los casi 250 mil estudiantes, un 44,8% eran mujeres. Actualmente, del millón 176 mil estudiantes, un 52% son mujeres. Es decir, la matrícula femenina aumentó casi seis veces en este periodo y pasó a transformarse en mayoritaria.
Matrícula total de Pregrado en Educación Superior por sexo, 1990-2017
Fuente: Elaboración propia en base a “Estadísticas de la educación”, MINEDUC (1990-2000) y Base de Datos SIES, 2001-2017.
Mujeres acceden a carreras con menos valoración social
Las mujeres eligen en su mayoría carreras que son menos valoradas socialmente, con menor prestigio y que son peor remuneradas en el mercado laboral. Ellas se concentran en áreas vinculadas con el cuidado, la enseñanza y lo social, mientras que los hombres eligen en mayor medida carreras vinculadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática.
Matrícula de primer año de pregrado en universidades según área de conocimiento, por sexo, 2017.
A nivel universitario, en 2017 los hombres son mayoría entre las y los matriculados en primer año de las carreras ligadas a la Tecnología (76,9% de la matrícula) y las mujeres son mayoritarias en las carreras vinculadas a la Salud (73,3% de la matrícula), la Educación (72,1% de la matrícula) y las Ciencias Sociales (64,6% de la matrícula).
Matrícula de primer año de pregrado en universidades en área de Tecnología

Matrícula de primer año de pregrado en universidades en área de Ciencias Sociales

Matrícula de primer año de pregrado en universidades en área de Educación

Matrícula de primer año de pregrado en universidades en área de Salud

Fuente: Elaboración propia a partir de Base de Datos SIES de matrícula, 2017.
Las mujeres tienen una mejor tasa de titulación en pregrado

Aún cuando las mujeres presentan un menor rendimiento en las pruebas de selección universitaria, una vez que ingresan a pregrado en la Educación Superior, tienen una mayor tasa de titulación. Si bien desde 1999 a 2016 se ha casi quintuplicado el número de titulados, el crecimiento en la titulación ha sido mayor entre las mujeres que entre los hombres. En 2016, las mujeres corresponden al 55,1% del total de titulados.
Del total de titulados son Mujeres
Fuente: Elaboración propia en base a compendio Histórico de Educación Superior SIES 1999 – 2006; y Bases de datos de titulados SIES 2007-2016.

A nivel universitario, las mujeres tienen una mejor tasa de titulación de pregrado, tanto dentro como fuera del CRUCH; entre 2012 y 2016, entre las universidades del CRUCH, la tasa promedio de titulación de los hombres es 54,4% y la de las mujeres es 67,0%. Por otro lado, fuera de las universidades del CRUCH, estas tasas son 50,9% y 58,3%, respectivamente.
Tasa promedio de titulación CRUCH
Hombres
Mujeres
Fuente: Elaboración propia en base a compendio Histórico de Educación Superior SIES 1999 – 2006; y Bases de datos de titulados SIES 2007-2016.
Titulados de Pregrado en Educación Superior, por sexo, 1999-2016
Fuente: Elaboración propia en base a compendio Histórico de Educación Superior SIES 1999 – 2006; y Bases de datos de titulados SIES 2007-2016.
Las mujeres jóvenes presentan una mayor tasa de desempleo que sus pares hombres
A lo largo de todo el período, las mujeres enfrentan mayores dificultades para insertarse en el mercado laboral. Ellas alcanzan sistemáticamente mayores tasas de desempleo, especialmente entre las jóvenes. Entre las y los jóvenes (18-24 años), el desempleo de las mujeres es constantemente superior al de los hombres por 3 a 5 puntos porcentuales, alcanzando en 2016 al 17,4% y al 14,4%, respectivamente (ENE).
Tasa del promedio anual de desocupación, por sexo (18-24 años), 1990-2016
Fuente: ENE y NENE, 1990-2016.
Maternidad, trabajo doméstico y cuidado: Razones para no estudiar ni trabajar
Si bien la proporción de mujeres jóvenes que no estudia ni trabaja (NINI) cae a la mitad entre 1990 y 2015 (de 42,9% a 21,0%, respectivamente), la brecha por sexo aún es considerable, pues ellas duplican a los hombres, quienes han mantenido su nivel de NINI en torno al 10%. Esta diferencia tiende a hacerse más acentuada entre las personas de estratos más vulnerables.
Proporción mujeres jóvenes NINIS en 2015
Maternidad como razón relevante por la cual no estudian ni trabajan

Proporción hombres jóvenes NINIS en 2015
Paternidad como razón relevante por la cual no estudian ni trabajan

Que más mujeres no estudien ni trabajen, no quiere decir que no realicen actividades. Las jóvenes realizan trabajos en mayor proporción que los jóvenes, especialmente en labores de cuidado de la casa, familiares y de hijos e hijas. De hecho, ellas identifican la maternidad y las tareas domésticas como una las principales razones por las cuales no trabajan ni estudian (30,1% y 18,7%, respectivamente), mientras que, para los hombres, la paternidad y las tareas domésticas casi no son mencionadas como razón de la inactividad (0,7% y 2,3% respectivamente).
Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta CASEN 2015.
Conclusiones
Pese a los avances que muestran las mujeres jóvenes en el ámbito educativo -a nivel de ingreso y egreso al sistema de Educación Superior- las grandes brechas de género aún se sitúan en esta materia en torno a la menor valoración social de las carreras cursadas por éstas, limitando con ello tanto sus posibilidades de inserción en el mercado laboral, así como el acceso a trabajos mejor remunerados, lo que repercute directamente en su calidad de vida futura. Asimismo, al igual que en la adolescencia, la maternidad, así como la carga de trabajo doméstico en las mujeres, continúan siendo una barrera para su integración al mundo laboral o educativo.
Recomendaciones
- Promover una educación no sexista, que permita a las y los jóvenes estudiar en una amplia variedad de campos y oficios y, de este modo, aumentar sus posibilidades de inserción laboral.
- Asegurar condiciones de trabajo decente para las y los jóvenes que estudian y trabajan y los que sólo trabajan.
- Fortalecer la oferta de alternativas de nivelación de estudios, capacitación u otro tipo de entrenamiento que permita a las y los jóvenes NINI, salir de esa situación. Particularmente, focalizar esfuerzos en aquellas jóvenes que fueron madres adolescentes.
- Incorporar a través de acciones afirmativas a más mujeres a las áreas del conocimiento de las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, como un desafío de mediano plazo, mientras se revierte la segmentación en las decisiones vocacionales de las y los jóvenes. Este cambio debe ser impulsado desde etapas escolares tempranas, además, de involucrar a diferentes actores. Por lo anterior, proponemos desarrollar un Plan Nacional de Promoción de Vocaciones Científicas y Tecnológicas en las Niñas y Adolescentes, favoreciendo decisiones vocacionales en áreas en que se encuentran subrepresentadas.
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Ejecutar campañas comunicacionales, como herramientas necesarias para visibilizar el problema de los estereotipos en la Educación, la segmentación vocacional y trabajar con la comunidad en intervenciones directas con material pedagógico para sensibilizar sobre la problemática de género.Ejecutar campañas comunicacionales, como herramientas necesarias para visibilizar el problema de los estereotipos en la Educación, la segmentación vocacional y trabajar con la comunidad en intervenciones directas con material pedagógico para sensibilizar sobre la problemática de género.